miércoles, junio 09, 2010

Presentación para Las cosas imposibles


Texto leído en la presentación del libro para niños "Las cosas imposibles", de Teresa Aguilera, el pasado viernes 4 de junio en el Museo Regional de Guadalajara.


Hoy me desperté. Me estiré. Me volví a acostar. Me rasqué la cabeza, las costillas, y salí a buscar comida. Me puse a oler qué encontraba en la cocina y descubrí algo delicioso: una lata de atún abierta en el bote de la basura. La saqué, metí la lengua en ella y lamí todo ese delicioso pescado que había todavía en las paredes de la lata. Luego busqué qué más encontraba en el bote y mordí un pescuezo de pollo. ¡Eso me encanta!


Después salí a la calle. Una señora me tiró una patada porque me puse a olerle la cola. La verdad es que yo debía estar enojado, no ella, porque la verdad, le olía espantoso la cola, como a cebolla podrida. Fui a la tienda, le ladré a la muchacha que atiende y me lanzó al piso un pedazo de tocino. ¡Eso me encanta!... El tocino, digo… y la muchacha también, porque a ella si le huele bonito la cola y es amable conmigo. Ya de agradecimiento saqué mi lengua enorme y le lamí la cara. Le dio risa.


Entonces caminé al parque, donde me encontré una pelota roja, la sujeté con las patas, la mordí y se la llevé a un niño, se la puse en los pies y me la lanzó lejos. ¡Eso me encanta! Corrí por ella y se la traje. Así estuvimos un rato hasta que me cansé. Ya después oriné en un árbol, en otro, en un poste, y regresé a mi casa.


Hoy, desperté perro.


*


Teresa Aguilera me invitó a hacer este ejercicio a través de su libro Las cosas imposibles.


Lo confieso, lo leí mal. No lo leí como debía ser. Me lo aventé de corridito y eso no se hace con este libro. Primero pensé que era un libro de cuentos, pero me equivoqué. Y nada más porque les tenía que platicar de qué se trata, lo leí rápido. Ni modo. La verdad es que este libro NO ES DE CUENTOS, es de… pues… de eso, de cosas imposibles. Sí, como dice el título. ¿Por qué? Pues porque cada texto habla de algo distinto: de la naturaleza, de las letras y hasta de filosofía y salud. De todo eso habla pero con una línea muy marcada de fantasía.


Por ejemplo. ¿Saben por qué hay que lavarse los dientes? Pues es oobvio. Uno debe lavarse los dientes porque con el olor de la boca, cuando no nos los lavamos, podemos hasta matar a los pajaritos. Así es.


Mientras leí Las cosas imposibles, no pude evitar acordarme de otro libro que me gusta mucho que se llama Gramática de la fantasía, de Gianni Rodari, donde el escritor, igual que Tere, busca conectar al lector con el libro, pero no sólo con cada página, sino con el mundo exterior y el interior. Es decir, con la imaginación que todos llevamos adentro, como esa luz que nos ayuda a resolver problemas todos los días. Así fue como descubrí que este no es un libro de cuentos, Las cosas imposibles ES UNA MÁQUINA DE IMAGINAR.


Yo, no me quiero extender más porque tengo mucha tarea. Tere me encargó varias cosas: atravesar la galaxia con unos patines de propulsión a chorro (aunque patinando llegué al baño, me dio chorro ahí y vi estrellitas de toda la galaxia por todas partes, así que esa tarea ya la hice, no sé si ya cumplí con eso), pero sí me falta convertirme en canica de cristal, conseguir una caja gigante para recorrer los siete mares y un mapa para navegarlos, ah, y bailar como sapo (eso ya aprendí, mi amigo Cachu me enseñó), también debo aprender a bailar como loro y como piojo.

Nada más quiero cerrar esta presentación de mi parte, comentándoles que un libro como Las cosas imposibles nos enseña a poner atención a todo lo que sucede alrededor, en las cosas grandes y pequeñas. Yo ya me puse a ver las hormigas, las seguí hasta llegar a la Secundaria Técnica y Artística No. 3 para hormigas, donde dejé mi solicitud y aunque no salí en listas, no me importa, yo las seguiré observando para ver qué más hacen. Espero que ustedes lo hagan a partir de que conozcan cada uno de los textos que, como dije, hay que leer despacito para seguir las instrucciones.

Gracias

*La foto me la pasó Zulma. Me puse peluca porque el libro indica que es de buena educación usarla.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias por este tipo de lecturas tan agradables que hacen feliz el momento a veces tan abrumador. mil felicidades por tu presentacion.

Anónimo dijo...

chido por ti pancho. aunque a veces ese tema de las abuelas resulte... desagradable, al menos para mi.

mi abuela materna se muriò antes de que yo naciera, lo ùnico que me quedò d ella fuè el nombre.... y pa nombrecito.. ya te lo sabes, que chinga me arrimaron.

y de la otra abuela... esa no era "gruñona" era malvada, asi es, como las brujas de los cuentos...

no te comas ese platano, esperate que se ponga negro para que te lo puedas comer.

tomate el refresco que dejan mis nietos consentidos, agregale agua para que se llene el vaso.

usa la taza rota para el cafè, tu no puedes usar de las nuevas.

haz las gelatinas, pero no te podràs comer ninguna.

barre el patio para que los demas jueguen mientras tu los miras montados en sus bicis.


Estos son unos cuantos de los muchos "recuerdos" de mi adorada nona mariquita dossetti.

que en "gloria" estè. jajajaja

saluuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuud!!!

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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