viernes, julio 17, 2009

Allá tú, Álvaro


"¡Franco!", decía Álvaro cada que nos veíamos.
Hace varios años lo conocí a través de la televisión. Él, con un ingeniero, se ponían a platicar acerca de lo que sucedía en la calle. Captaban con una cámarita frases mal escritas en letreros que encontraban o casos curiosos, y lo comentaban. Me reía mucho al verlos. Me parecía que el suyo era un humor ácido, inteligente, audaz. Y quedaba sorprendido de cómo, dos hombres de edad, sentados, podían mantener mi atención con lo que decían.
Hace poco, Álvar me contó cómo fue que salió de televisión. Parafraseo:

Estaba en Canal 6 cuando se transmitía desde Avenida Circunvalación. En ese tiempo, llevaba mi camarita a todas partes para hacer tomas de lo que encontraba, y me encontré en la torre de Televisa Guadalajara unos zopilotes dando vueltas. Lo grabé, y grabé también un nido de águila que había en la torre de Canal 6. Entonces, al aire pasamos las dos tomas y preguntamos al público dónde prefieren estar, ¿donde rondan los zopilotes o donde se postra una águila?
Tiempo después, al Canal 6 lo compró Televisa. Y fui a preguntar si con este cambio íbamos a seguir al aire. Me preguntó el directivo:
-¿Usted es Álvaro González?
-Sí.
-Ah. Entonces no.
-¿Por qué?
-Porque usted es el de los zopilotes.

Muchas mañanas, a las 6, desperté escuchando "Allá tú", un programa donde no había más que su voz y su sabiduría. Aprendí de dónde nacen algunas palabras, algo de historia de Jalisco y de México, y escuché críticas inteligentes de lo que sucedía en el momento. Todo aderezado con una voz argentina y un ritmo que le daba estilo propio. Lo vi en persona en algún aniversario de Radio Universidad -en el tiempo que laboré ahí-, donde escuchaba de él comentarios dignos de una leyenda. Escuché cómo se llevaban de groserías el Negro Guerrero y él, y me cayó mejor.
Pero el contacto ya directo con Álvar fue en Tequila. Él vino con dos amigos alemanes que tenían planeado filmar un documental para la UNESCO, donde apareciera el paisaje agavero como Patrimonio de la Humanidad. Vimos lugares, le presenté a algunas personas, y prácticamente trabajamos juntos en el scouting y un poco en la producción. A Ana, mi secretaria, la acusó de "mataviejitos" porque los puso a caminar mucho cuando fueron a conocer Los Lavaderos, y sufrimos juntos con el ego del equipo de producción que contrataron los alemanes. El resultado, al final, fue espléndido.
Hoy me enteré por medio de Radio Universidad de su reciente fallecimiento. Él murió ayer, estaba enfermo del corazón, y me puse triste al saberlo. Alicia fue a la misa. Yo no quise. Mejor le dediqué un tiempo en la Capilla de Los Desamparados y le agradecí a Dios haberlo conocido y que me haya considerado su amigo.
Voy a extrañar los correos de este verbotraficante, pero hay manera de seguirlo escuchando en su página web: http://www.alvargonzalez.info/ y en Radio Universidad transmitirán algunos programas suyos a manera de homenaje.
Si tú que lees lo conociste o lo llevaste a ver o escuchar, y tienes algo qué agregar, te agradecería que lo compartieras para sumarnos a este sencillo homenaje.