viernes, enero 11, 2008

¿Para dónde?

Todavía cargo la resca de 2007. A pesar de eso, han aparecido imágenes que me han levantado, me han invitado a abrir los ojos para demostrarme que vivo y recordarme todo el trabajo que tengo por hacer:

1. Me dicen que soy la mejor opción para padrino de bautizo (esa historia, si se hace, la contaré después).

2. Llego a un bar y una mujer rubia se me acerca, me pregunta si la recuerdo, confieso que no, me dice que fue a la presentación de mi primer libro, que lo firmé y que su hijo, ahora de 4 años, le pide que se lo lea todas las noches. "Gracias por contarme eso", le dijo. "No, gracias por acompañar a mi hijo", me responde, para después explicarme que ese librito está en la cabecera del chavito y que él dice ser el príncipe del cuento.

3. "Ah, se me había olvidado contarte", dice Marce. "A mi editora le comenté que te entrevisté para un reportaje y me dijo que compró Cuentan de algunas letras (el segundo libro), y que le gusta mucho a su hijo".

sábado, enero 05, 2008

Florea el árbol y llega 2008


Sí, qué bueno que terminó 2007. El pasado fue un año muy difícil para mí. Lo inicié con mucho miedo e ilusión porque me venía a vivir a Tequila, y por el asunto del tabajo. Al final, me di cuenta de que no había sido del todo fácil, en mi autoevaluación no quedé conforme con lo hecho, y hasta di un bajón feo en cuanto a ánimos. Pensaba en regresar. Luego me acordé que crecer duele. A los 10 años, lloraba todas las noches porque mis piernas crecían de repente, de un día para otro (por eso tengo estrías, jaja). Y de verdad, ir a un sitio desconocido, a aprender después de dominar lo que hice durante 10 años, debe ser difícil.
Este año, viene distinto. Justo hace 365 días, estaba conociendo a las personas que estarían a mi cargo. Hoy, tengo un montón de trabajo reorganizando todo y me siento más seguro de lo que quiero y tengo. Además, ya conozco montonal de gente. Tequila me ha adoptado.
De todo hubo en 2007, distancia, gente nueva, amores, desamores, desencuentros, madrizas, borracheras, fiestonones, mucha comida y siete kilos de más en mi cuerpo que han dejado una barrigota de casado sin que yo haya tenido los beneficios de serlo. En eso trabajo también, porque me hace falta volver a caminar y bajarle a la carne de cerdo (deliciosa y más cuando Macario la prepara).
Hoy me siento más planeadito, sé que la grilla es parte de lo de diario y que debo ponerle más atención a los asuntos políticos. Si no los conozco, me ahogo en el fango. A ver qué resulta.
En estos días, el árbol rosa de la plaza florea, sólo por unas semanas. Eso me recuerda a la jacaranda del Iteso (q.e.p.d.), que llegaba justo antes de los exámenes y las vacaciones. Finalmente, este es examen de vida. A ver qué pasa. Siento que me irá mejor y espero tener más clarito el corazón, para no hacer más daño ni recibirlo.

*Foto que tomé hace ratito en la plaza mientras bebía mi pachecada (tejuino con chela mmmm).