Sí, Miriam me regaña porque traigo esto en la cabeza. Pero para resolver un problema, primero debo detectarlo. Estoy engordando. Ayer, mientras comía camarones en el Real Marinero (recomedable), Alicia me pidió que me terminara su parte y Maribel me ofreció más comida. Acepté. Admito que he caido en la tentación de la vitamina "T", y es que cuando vengan, deben ir a las tostadas de con Mago, las tortas ahogadas de acá son buenas y Macario hace un pozole delicioso. Para todo se come puerco.
Eso, unido a que cada vez me da más flojera caminar al trabajo, ha provocado que mi barriga crezca. Miriam, aunque lejos, me cuida siempre, y como me quiere mucho-bastante, también me regaña. Tiene razón, no tengo motivo para deprimirme por esto: es apenas una barriguita, pero también es bueno darme cuenta a tiempo, para bajarle a la carne, las grasas y aplicarme de nuevo con las verduras y el ejercicio. A caminar, como dice Sandra.
Hace una semana vinieron Lula y Carmen. Son dos señoras amigas mías y de mi papá por parte de los scouts. Me pidieron que las acompañara a ver lugares de acampado para el adiestramiento básico de este fin de semana. Vienen a acampar. Fue terrible y preocupante. Subí una pendiente y a los 30 metros ya estaba bofeando, además de que me dolió la espalda como nunca. Jamás me había pasado. Así que para disfrutar de nuevo lo que más me gusta, empiezo a recaputilar, a caminar, trataré de salir de campamento seguido y debo estar en forma para el campamento pendiente que tendremos el 30 de junio con los del Jamboree. ¿A dónde será? A El Salvador, desde luego.
En fin. También recapitulo para bajarle a la chamba extra. Al cabo que ¡avanzo lo mismo! Así que a trabajar para vivir. Nada más.
Estoy a la espera de los jefes para el campamento de este fin. También vienen Sandra y Carlos López de Alba. ¿Y los demás? ¿Para cuándo?
*La foto la tomé yo, es de El Salvador, en la sierra de Tequila.