miércoles, junio 27, 2007

Debe ser lluvia


Los días nublados me gustan. Me hacen pensar que siempre es de mañana. También me recuerdan el verano, las vacaciones de la primaria. Aquellos días en los que el Gûero, el Pollo, Salec, Hugo el de en frente, y otros de los que no recuerdo su nombre, iban a las 7:00 a la casa para salir en las bicis "a pescar" en el arroyo que en ese tiempo había detrás de Tabachines y que ahora es un drenaje. Así pasa el tiempo. En la secundaria, la época en que iba a Mexicaltzingo a ayudarle a mi papá en su negocio, ya saben, de IBM. En la prepa, el tiempo en que todo se ponía fácil para salir con los amigos despuesito de la escuela.

La lluvia se acompaña de buenos momentos, de los campamentos más sufridos como aquel en que Chino, Fausto y yo dormimos en una casita individual mientras las gotas caían en nuestras orejas y no nos podíamos mover. Ja. Entonces no tenía la casa alcayatas y pusimos cepillos de dientes y cucharas en su lugar... Desastre total.

No hay nada mejor que un beso bajo la lluvia, una caminata bajo la lluvia, un arcoiris por la tarde, un café, un chocolatito, un tequila, una buena noticia... (Y ahora aprovecho para felicitar a leèxemia, quien siempre me comenta el blog, porque acaba de ser mamá).

En fin. Hay quienes se deprimen en días así. A mí me entra cierta nostalgia y apuración por hacer algo conmigo. Son días para revisar cómo voy con mi proyecto personal.

El tiempo pasa más lento, el pasado llega espeso, casi lo puedo tocar. La ropa no se seca, el cielo se limpia en la ciudad, caen los último mangos en la plaza, la casa pide limpieza también, una laguna espera ser llenada, el cerro reverdece.

¿Cómo reciben ustedes a la lluvia?


*Gracias a Fernando Márquez por la foto. él se encarga de nuestra página web: http://www.tequilajalisco.gob.mx/

miércoles, junio 20, 2007

"Sigue siempre adelante"



Ahi estaba yo. No podía resistir la tentación más. En el top 10 de las series de televisión en venta del Mixup, era el primero. Todos vimos REMI y somos producto de su sensibilería. Somos disfunsionales en lo sentimental por culpa de esta serie y la de Candy. ¿Quién lo puede negar?


Félix me dijo ayer mismo que él también lo ha querido comprar, pero que su esposa Gabi no lo ha dejado. "Es que no he ido solo", dice. Esa fue mi ventaja: ir solo. "¿Y tus deudas?", me pregunta Miriam. No quiero saber lo que pensará mi mamá. El caso es que no me arrepiento de haberla comprado en esos seis discos con 51 capítulos y voces originales.


A esta edad, me doy cuenta de cosas que no entendía cuando a los 7 u 8 años la vi. "Ya no hay caricaturas como las de antes, ahora pura violencia", me dice Ángel. (¡¡¡¿¿¿¿?????!!!!) La de Remi sí que es violencia. Un niño se acerca a su papá que con un bastón en el cuello lo aleja y pregunta "¿qué hace él aquí?" es violencia, y de la peor. Me doy cuenta de la crudeza que nos manejaban, de lo realista en el tema, de todo eso que en efecto nos pudo hacer daño. Y por otra parte, el arte de la animación es increíble, sus efectos visuales que van más allá de lo que hasta la fecha se hace, la misma historia, todo eso la hace de colección.


Quienes tengan la oportunidad de comprarla, chequen la elegancia con que habla el narrador. Pocas veces vemos algo así de literario en una caricatura. ¿Cómo me voy a arrepentir? si ponerla me recuerda a mi mamá conmigo viéndola mientras ella planchaba las camisas para ir a la escuela al día siguiente; si pocas veces en la historia de la animación podremos encontrar a un personaje tan completo como el Sr. Vittali, tan lleno de contradicciones, humano, con ese carácter y ese amor a la vez. "Remi, sigue siempre adelante", decía. Y pobre chamaco, desde Oliver Twist no conozco una historia de un niño tan tremenda. Sin embargo, este es más arrojado para mi gusto y, en efecto, nada lo detuvo. Creo que esa parte testaruda fue lo único que aprendí de la serie cuando niño, jaja.


En fin. Sólo les quería compartir esto.


"Siempre esperanza hay, si caminando vas"

Recordando a Antonio Aguilar


Cuando yo era niño, Cuca encendía su radio roja, de plástico con manijas negras. Sólo sintonizaba la amplitud modulada y jamás se movió de Radio Gallito, del “zeta – zeta”.
En días como hoy, Tabachines se llenaba de olores. Detrás de mi casa había un enorme lote que ya está poblado por completo, donde vivían tlacuaches y zorrillos que perfumaban la noche como a eso de las ocho. También en esa zona y en muchas calles, abundaban los guamúchiles que hospedaban a las chicharras y que hacían más intenso su aroma luego de las primeras lluvias. A Cuca la veía en esos lugares, con un gancho amarrado en una vara muy larga, con la que salía a cortar, para ofrecernos después de comer. Ella, a toda hora, escuchaba la radio donde aparecían voces cantantes que ahora me gustan como Las Jilguerillas, Chayito Valdés y desde ese entonces, la voz de Antonio Aguilar me llamó la atención.
Más adelante, cuando ya estaba en la prepa, la banda inició una moda abanderada por el propio cantante zacatecano, Joan Sebastian y agrupaciones como Banda Machos y Vaqueros Musical. Fue el tiempo de “Lamberto Quintero” y de “Tristes recuerdos”, canción con la que aprendí a bailar y el mejor pretexto para tener abrazadita a la chica que entonces me gustaba.
Cuando compré un casete que tenía a “La rica pobre”, Cuca moría de risa, sobre todo en el momento que dice: “en el rancho te conocían como Martiniana y ahora te cambiaste el nombre por el de Lucrecia, ah ay, cómo andarás’n”. Todo era una oportunidad para acercarme a esa señora que llegó de Tuxpan para hacernos felices con su “molito” que en realidad era cuachala, un mole anaranjado hecho con masa y chiles, delicioso.
Me queda claro que personajes como Antonio Aguilar, son referencias de muchos recuerdos. Cada quién tiene a sus cantantes, actores, o programas de tele.
Yo fui a verlo a la Plaza de Toros Nuevo Progreso. Iba con mi mamá, mi tía, mis hermanos, y ya no recuerdo quiénes más. Pero jamás olvido el espectáculo ecuestre, ni la manera como el viejillo veía a su esposa y hablaba de ella, “La Flor”. Se presentó entonces Pepe Aguilar a pie, porque según dijo tenía almorranas, jaja, y al final, ver a Don Antonio fue un deleite, de verdad. Pícaro, simpático, entregado… Ustedes perdonen, pero no me da pena decir que lo admiraba.
Aquí en Tequila conocí a los Franco, una familia que acompañó al cantante en sus presentaciones por todo el mundo. Ellos son charros que florean la reata y son bastante buenos. Incluso, Jesús, hijo de Alicia, va por los dos años y ya trabaja con ellos en el Tequila Express. En fin… Se fue el que para mí, era el mejor representante de la música ranchera, en vida.
Quedó pendiente (pero lo intenté) entrevistarlo.

jueves, junio 07, 2007

Lealtad

"Honor y lealtad", decía el lema de mi patrulla de los scouts (Condors). Yo tenía 12 años cuando empecé a mencionarlo y un guía, de 16 años, nos explicaba el significado de esas dos palabras. "Un joven que guía a otro joven es como un ciego que guía a otro ciego", decía un maestro en la prepa y en efecto, ¿qué tanto podía saber de esto entonces?
La amistad va muy ligada a la lealtad. Más o menos en ese tiempo empecé a manejar el término y recuerdo cómo se me llenaba la boca de flores cuando lo mencionaba. Sin duda, decir "honor" o "lealtad" en la secundaria era enmarcarse como un bicho raro, era como sentirse un último samurai o un caballero medieval. Lealtad, entonces, se convirtió en un sinónimo de fidelidad. Si yo no traicionaba a mis amgos, entonces era leal.
Por su parte, el honor lo manejaba con mayor cuidado. Aún lo hago así, porque siento que se trata de algo bastante volátil. Pero de este tema en particular hablaré otro día, por su complejidad.
Como decía, la lealtad es lo que me mantiene unido a la gente que aprecio desde hace bastantes años, sobre todo a quienes conocí en ese tiempo. En cambio, si algo se rompió en el camino, tuvo qué ver la ruptura de este valor importante para mí.
Cuando llegué a Tequila, me asignaron a dos personas que aprendí a querer. Ángel y Rocío se convirtieron en un objetivo para mí. Sin saber nada de comunicación, me propuse ponerlos al corriente y así es como Ángel ha conseguido, por ejemplo, publicar sus fotografías en Mural, El Informador, la revista Maxwell y hasta el TvNotas. De Rocío me contaron muchas cosas, me dijeron que no podía confiar en ella y eso mismo le comenté cuando hablamos. "Para mí, lo que más cuenta es la lealtad", les dije en una primera plática. Y creí que todo iba bien. Hasta hay mejoría notable en la redacción de ella.
La Dirección de Comunicación Social es un foco de información en cualquier dependencia. Es donde todas las áreas desahogan lo que hacen y lo que harán y, por lo tanto, donde se debe tener cierta discresión. Tener a Rocío, por sus caracterísitcas, era tener oídos de lo que sucede en el pueblo y así fue como la aproveché, así fue como empecé a confiar en ella.
Ayer hubo un paro de labores. Ya saben, un líder sindical dice a los trabajadores que el patrón no ha cumplido y de buenas a primeras, huelga. Pero, resulta que como algunos de ustedes deben saber, para llegar al paro es necesario emplazar, hacer un pliego petitorio al patrón, con copia para Conciliación y Arbitraje, y comenzar una negociación que si en 10 días ( en el caso de servidores públicos) no llega a nada, entonces se inicia la huelga. Ayer, sin este procedimiento, el personal de Ayuntamiento intentó presionar. Al final, Conciliación y Arbitraje le dio la razón al presidente municipal y bueno, sabía también que lo que hizo la gente fue ilegal.
Todo terminó en descontar el día a quienes no trabajaron, y en un regaño.
"Despiertame, cuando pase el temblor", es la frase que traigo en la cabeza. Ayer estuve un poco decepcionado. Pensé que Ángel y Rocío estarían de mi lado, pero no. Y comprendo. Muchas veces los presionan. Pero lo que no me gustó fue saber que ella era de los más agitadores. Pero eso sí, si me veía en el mitote, calmadita. Si me iba, levantaba la voz. Incluso cometió una indiscreción hacia un comentario de Alicia, gente de mi mayor confianza junto con Maribel.
Lo estuve pensando anoche. Me ofrecieron moverla de mi área. Quienes saben de periodismo, reconocen que el comunicador es un vehículo de información, pero como profesionales debemos aprender a controlarlo, y por lo visto, ella no puede hacerlo. Y sí, perdió mi confianza.
El temblor continúa. Lo de ayer provocó que los directores hiciéramos movimientos luego de saber de qué lado masca la iguana y de qué pata cojea cada quién. También nos enseñó para darnos cuenta de en quién podemos confiar. Duele. Ya me encariñé con los muchachos, pero como dice Mario Puzo: "no es personal". Aquí venimos a trabajar y a hacer funcionar una maquinaria. Ni hablar.
Tequila me ha enseñado, de manera muy gentil, acerca de cómo se trabaja en medianas ligas. He aprendido que el trabajo no basta, que hacer política es importante y que debemos aprender a nadar en estas corrientes. Ahí vamos. Pronto se llevan a Rocío para otra área, con quien por cierto hablaré para agradecerle y explicarle qué sucede, y vendrá alguien más. Ni modos, a volver a empezar. Pero así es esto, y veo que no basta con que yo entienda acerca de lealtad, si la gente que me rodea no lo comprende. De esto aprendemos todos.

*No hay foto por el luto que siento.