viernes, septiembre 04, 2009

Ciclo cerrado


Que el nuevo coordinador editorial decidió dejar de prescindir de algunos colaboradores; que no entregué una columna. Como sea. Desde el pasado miércoles estoy fuera de El Informador, con quien mi único vínculo seguía siendo la columna "Apreciación del arte". Yo opino que el periódico no se pierde de mucho, y estoy seguro de que yo tampoco. Estoy tranquilo porque no le debo nada ni me debe nada, así que estamos a mano y en paz.

Hace varios años, casi 10, Franco (a quien sigo considerando mi amigo aunque no me hable) me invitó a dejar la Secretaría de Cultura para ingresar a este diario que resulta ser el más antiguo y de mayor tradición en Guadalajara. Así fue como comencé una carrera en el periodismo cultural que he procurado no desatender.
Aprendí mucho de él, de Ana, Aurora, Zul, Liliana, Aracely, Lupita, Eduardo, Liliana, Aimeé, Palos, Almádez, Nacho, y sobre todo de quienes para mí fueron lo más duro de esta experiencia: Carlos, Salomón y ahora Verea. Todos ellos y varios más que se me escapan son mis maestros de periodismo en la práctica. Con todos deseo ser agradecido.
Prácticamente, el que aquí escribe, comenzó a hacerse profesionalmente allí, luego de sus dos primeras escuelas: Radio UdeG y Secretaría de Cultura. En esa redacción de Independencia y Pino Suárez crecí, estreché lazos, me di a conocer y me hice de muchas palabras, de este don que me recordó Juan Pablo Cerrillos que tengo.
Esta salida de El Informador la veo como el cierre de un ciclo. Y llega a tiempo. Justo cuando veo resultados positivos y buenos comentarios con la revista que edito: La Membrana, y poco antes de que llegue Liliana Zamora para trabajar un proyecto que queremos hacer, y justo minutos después de que Carlitos López de Alba me invita a publicar un libro, o cuando apenas hace dos semanas Triana y Cynthia me llaman de nuevo para Mundo Caracol... ¡Y lo que falta!
Siendo honesto. Ese día me dolió. Sentí como si dejara a una novia de muchos años (que nunca he tenido) luego de que lo nuestro ya sólo era costumbre. Eso fue el miércoles. Hoy, me siento en paz y con mucho camino por recorrer. Ese ciclo, lo he cerrado y con la frente en alto.
*Foto tomada en el módulo de El Informador de la FIL hace algunos años. Ya la había publicado hace dos años, pero ahora viene al caso.