jueves, enero 30, 2014

De visita en la Secundaria Mixta 82

Leer ante un público, contar cómo ha sido mi proceso como creador, fue un sueño que tuve durante mi adolescencia. Algún día ocurrirá, pensaba, ha de ser bonito que lo reconozcan a uno. Reconocimiento. Eso buscaba. A estas alturas, escribir se ha convertido en un compromiso, en una responsabilidad, pero sobre todo en un modo de vida, de encontrarme, de mirarme en un espejo y exponerme para que otros se miren a sí mismos. Estoy aquí para escribir.
Visto de ese modo, el reconocimiento no es importante, de verdad, es lo de menos. Y cada que visito una escuela me queda más claro que obtengo más de lo que preguntan, observan y me hacen reflexionar que de lo que puedan pensar de mí. Así sucedió el viernes 24 de enero, al visitar a la Secundaria Mixta 82, una escuela que aún no es construida pero que cuenta con aulas provisionales en un espacio provisional de Lomas del Mirador, en Santa Fe (Tlajomulco).
La invitación llegó de parte de Adriana Galaviz, compañera de mis épocas de Pingo en El Informador, quien da clases de Español y aprovecha sus contactos para llevar autores a sus alumnos. La experiencia fue gratificante del todo y los muchachos se portaron estupendos, inquietos, llenaron el aula de preguntas y aproveché la confianza para leerles algo inédito, ejercicio que siempre sirve para saber si le seguimos o nos regresamos.
Esta visita me hizo pensar mucho en cómo se habla, se condena, se increpa en contra de los maestros que se encargan de la educación pública. Siempre insisto en cómo un colegio no garantiza mejor educación sólo por serlo, y que la calidad de los profesores es independiente del plantel al que asisten. El sistema, es otra cosa.
Retomo este blog para agradecer a cada uno de los alumnos y maestros de esta secundaria por sus atenciones y esperando que sus condiciones de infraestructura para estudiar, mejoren. Plantilla académica de valor, ahí está. Todos merecemos escuelas dignas.

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