martes, febrero 02, 2010

De Manzano a Montenegro


Odio mudarme. Sin embargo, también odio vivir en un sitio que no me convence. ¿Qué odio más? Es como esa incógnita que tenemos de: "no quiero salir de la cama pero tengo qué ir la baño", donde durante unos minutos evaluamos qué preferimos y qué es inevitable. Sin duda, al final terminamos levantándonos para ir a orinar.
Algo así me sucedió con esto de la mudanza. Yo debo agradecer la amabilidad de Darío para recibirme en su casa a mi llegada, sin embargo, no aguanté más de dos semanas escondido de la luz solar. Y no es que me sienta Birdman, pero dicen que en verdad el Sol nos da energía y en esa casa todo el tiempo hacía frío. Hasta Batista, mi pez, se la pasaba en la esquinita y abajo de la pecera por lo mismo.
El caso es que en ese espacio nunca estuve contento. Al grado de que no se me antojó nunca hacer invitadero.
Coincidió que Chucho, un amigo de la DiPA, consiguió casa, grande, bonita, por Montenegro. La conocí, tomamos unas chelas ahí y ahora me doy cuenta de la importancia del espacio; mientras en Manzano tardé años en arreglar mi habitación, acá lo hice en un ratito.
"Está padre para que te pongas a escribir", me decía Chucho. Y bueno, entrar, ver un patio y una enorme bugambilia gobernando la casa, siempre es agradable.
Aún faltan varios arreglos, pero me siento contento y cómodo. Ya saben. Invitadísimos a llegar. Ese patio se antoja para una cerveza, un tequilita, jugar dominó, Risk, cartas, platicar, comer una carnita asada y obviamente, para recibir a los amigos. Cuando quieran darse una vuelta, me avisan.
Les recuerdo mi celular nuevo: 331 124 1569 y la dirección es Montenegro 1428, entre Rayón y Escorza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

es una patio digno de una regia carne asada ;)
Te quiero.
C.

MAR dijo...

ESA FOTO ESTA DE POCA¡¡ AHORA ESTAS MAS CERCA ;)