martes, octubre 27, 2009

Mario se une a Pati






Llego a Ajijic. Afuera de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe estaba Mario muy bien vestido, sereno pero sonriente. ¿Cómo te sientes?, le pregunto. Chingón, tranquilo, dijo con una actitud que refleja una seguridad que se contagia. Me tranquilizo. Confieso que en el camino de Tequila a Ajijic me sentí nervioso, nostálgico, ansioso, me compré un whisky de esos preparados en un oxxo y canté. Puse, obviamente, a "El Pirulí", y por mi mente pasaron escenas que compartimos con Fausto, con Fredy, con el Chino, nuestros viajes a Vallarta, a San Sebastián del Oeste, una cerveza fría en la mano, en la garganta y la certeza de que la felicidad sabe así, se siente así.
Vallarta. En un viaje de esos para recibir el Año Nuevo, conocimos a Pati, o Maripi. Nos pareció bonita a todos, pero jamás imaginamos que tiempo después sería parte de Mario, parte de nosotros.
En la celebración religiosa suena la orquesta de cámara, entra Mario, Fredy me ve. Quiero llorar, me dice. Yo también. Paola nos tranquiliza. Me siento feliz. Veo a Pati. Está contenta. Se miran. La felicidad se ve así. Se dicen, acepto, la gente aplaude.
A la salida nos encontramos, hermanos de escultismo, de historias, de corazón, de recuerdos, de siempre. Tere, Fausto, El Primo, Chino, amigos como Christian (quien tuvo su qué ver con el vínculo que se hizo en ese momento).
Teníamos 11 años. Físicamente, Mario era como la copia de Joselito y traía una pañoleta blanca. Los dos éramos de los más chicos en la tropa. Él entró en la patrulla Condors y yo en la Linces. Desde entonces nos hablamos. Un tiempo cada quién tomó su rumbo hasta que a los 15 nos volvimos a encontrar. Ese tiempo, con Dani al frente, todos nos conocimos mejor, nos acercamos, nos convertimos en una familia.
La fiesta es en la casa de los Gerber, al borde del Lago de Chapala, en medio de un jardín perfectamente bien cuidado, por la tarde, bajo un calor delicioso, entre gente que ama a los novios.
En dos mesas nos acomodamos. Después llega Luis Amor, Paola, todos con sus parejas, los papás y las hermanas de Fausto, sin niños, fue clara la invitación. Y lo que para papás y mamás era una molestia porque tendrían que acomodar a sus hijos antes de ir, se convierte en una ventaja. Nos disfrutamos como nunca. Reímos, recordamos, discutimos, cantamos, bailamos y fuimos parte de ese clima amoroso que rodeó a Mario y a Pati. Decidí disfrutar ir solo y ver a todos contentos, mis amigos con mujeres excepcionales, guapas, divertidas, mis amigas con hombres que las adoran.
Una buena orquesta, el Sol reflejado en el lago se esconde, nos tomamos fotografías, nos abrazamos, cambiamos de lugar, Fredy conmemora 20 años de haber contado por primera vez "El de las calabacitas", somos nosotros mismos, sin máscaras, sin formalismos, sin preocupaciones. Así se vive la felicidad.
Caminamos años enteros, cruzamos sierras, subimos, bajamos, encendimos una fogata bajo la lluvia, lloramos frente a una fogata, nos enamoramos, nos enojamos, nos perdonamos, estamos al pendiente, nos extrañamos, cantamos, bebemos, vemos juntos el amanecer, crecemos, y seguimos donde mismo, en la misma familia. Nos hicimos hermanos.
Nos quedamos hasta que termina la fiesta, como siempre. Llegaron Paloma y Fer. Todos comentamos lo contento que se ven Mario y Pati. Todos deseamos conocer más a Pati, convivir con ella, sabemos que sucederá y que la querremos como a Penny, a Magui, a Paola, a Mirna, a Norma, al Canis.
Nos despedimos de Mario y Pati, los felicitamos, notamos que nuestro Mayito está en buenas manos. Cenamos tacos en Chapala, prolongamos el encuentro, reímos hasta llorar, nos despedimos con un abrazo y cada quién salió a su casa.
Lo digo cada que puedo: Mi mejor día de 2009. Quizás tiene qué ver con que es el último de mis hermanos que se casa (eso me hace oficialmente el único soltero). Quizás tiene qué ver con que al fin decidí disfrutar las bodas sin preocuparme de mi futuro, y qué mejor que comenzar con esta.
* En la foto de arriba, todos; en medio, los novios ahora esposos; abajo, Fredy, Chino, Mario, Fausto, yo, Primo y Amorcito (Luis). Incluyo el video de Las Calabacitas en su 20 aniversario. Disfrútenlo.

4 comentarios:

Lic. Eduwiges Rodriguez dijo...

pues tienes un estilo muy bello de escribir lo sabes.. es que es como una red..te atrapa.. es mas casi lloro y me pongo super feliz por la boda...casi puedo sentir lo que escribes... Felicidades..

Pero lo mejor es el chiste... jaja

Francisco Rojas Cárdenas dijo...

Las Calabacitas es un clásico para mis amigos y para mi. Cada que Fredi la cuenta procuro olvidarla para reirme de nuevo cuando la vuelve a contar.

Anónimo dijo...

lo mejor : la foto de hasta arriba, se te ven unas nalgas re buenas papi...

campana

Anónimo dijo...

Estaba loca por saber como habia sido la boda del ultimo de tus hermanos... Esta vez para mi si fue bueno recordarlos casi a todos y volver años atrás (ver a mi hermana con su 2do. hijo en brazos, recorde cuando yo llevaba a mi bebe a casa de Mario a compartir en aquellos tiempos con sus tios que le daban refresco de manzana en una botella de corona).
Se lo conte a ella abrio sus ojitos bastante sorprendida!!
En verdad me alegro muchisisimo que Mario haya esperado ese tiempo perfecto para amar y ser amado.
Por favor dile que estuve orando por el en su boda.
Por los demas fue un gusto verles, aunque todavia sigo excluyendo a una persona - no es falta de perdon simplemente salud emocional.
Blanca desde Gainesville, GA.