martes, julio 29, 2008

La princesa que nunca se fue



A Jorge y a Cynthia los conocí por asuntos de trabajo. Hace ya varios años. Cuando recién iniciaban el proyecto de Divercine (un festival internacional de cine para niños), los entrevisté y coincidimos en muchos conceptos relacionados con la cultura infantil. Me parece que nació una relación linda a partir de la admiración mutua.
Ingresar a su mundo se dio poco a poco, con un proceso lindo y natural, hasta que nos hicimos muy amigos. Considero a Jorge Triana como un hermano mayor al que puedo recurrir cada que necesito un regaño o guardar la calma y con Cynthia comparto esa pasión por el cotilleo de la Guadalajara cultural. Ambos son excepcionales para mí.
En algun periodo, cuando tristeaba en mi casa de avenida Niños Héroes, iban a rescatarme, hacían que me visitiera para salir a tomarnos unas chelas y a salir de las depres que tenía. Les debo mucho.
Hace un año, más o menos, me contaron de su decisión de adoptar una niña. Me emocioné mucho, y confieso que fue hasta las lágrimas. Fueron discretos con esa noticia, pues tenían tiempo haciendo los trámites necesarios, y cuando vieron que la posibilidad era latente, me lo informaron. Antes, en algun post que aparece en este mismo blog, platiqué de la felicidad que me compartieron.
Tiempo después llegó Matilda. "Es la princesa que nunca se fue", dice Triana, a quien admiro aún más al ver lo amoroso que es como padre y me conmueve muchísimo la preocupación de Cynthia por ser buena mamá. Estoy seguro de que lo es ya, si partimos de esa preocupación natural. ASí me permití contactarlos con Mari (Campanita), una amiga a quien adoro y que vivió un proceso parecido, para que vaya acompañándolos a distancia, desde Puebla. Ella accedió encantada.
Matilda ha llegado a darnos luz y lo ha hecho con su luz propia, esa que la hace ir y volver, que la hace (a sus dos meses de edad) sobreponerse a las circunstancias para regresarnos la esperanza.
Todos los días le pido a Dios por ella, porque siga mucho tiempo con nosotros y porque me de la oportunidad de jugar con ella, llevarla a pasear, enseñarle cosas, reirnos mucho...
Además, esta pareja tuvo el acierto de ponerle Matilda en honor a la novela de Roald Dahl, a esa niña inteligente y linda de la que habla y que Danny Devito dirige en una película que considero ente las mejores que he visto para niños.
Hace muchos años me imaginé teniendo una niña a la que nombraría Valeria o Matilda. Valeria la tienen Mari y el Tuzo, y a Matilda la tienen Triana y Cynthia. Ambas, llegaron por medio de la adopción, por dos pares de padres amorosos y lo curioso es que jamás les comenté que así me gustaría llamar a mi hija. Hoy decidí que mejor busco otro nombre, porque el destino es así, las pensé para mí y las entregaron a personas que amo.
Que lástima que no pueda adoptar siendo soltero... En fin, está decidido que si a los 35 sigo solo, le pediré a una amiga que quiera mucho que sea mamá de mi hijo(a).

*En las fotos, la mayor es Valeria con "Bafa" que no suelta para nada y la bebé es Matilda, un poco sorprendida de verle la cara a quien lee este post, jajaja. Cortesía de sus papás.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

pancho, gracias por todo, te quiero mucho. no tengo palabras, me conmoviste hasta las lagrimas. eres un ser especial. gracias por ser mi amigo.
campanita

Anónimo dijo...

Ufff que recuerdos... por poco nos toca vivir el acontecimiento de Valeria.. recuerdo que al saber que Valeria habia llegado, lo primero que hice fue hablarte creo que te desperte... estaba feliz de haber recibido tan hermosa noticia.. Valeria ya estaba en brazos de su madre.. llore por horas ... Por este medio quiero decirles a ustedes dos (Campanita y Pancho) que los amo, que los admiro, que son unas personas especiales para mi, y que aún en la distancia los siento junto ami.

Norma.

Anónimo dijo...

con amigos como ustedes, pa que quiero mas? con dos me bastan. Y NO SON GUAYABAZOS!!! QUE QUEDE CLARO!!!

campanita