viernes, diciembre 28, 2007

De regreso al Volcán... Dos días como tío


Salíamos de Guayabitos, después de ir un par de días en familia, cuando Hugo Acalli (hijo de mi hermano Hugo y de Yoli), me hizo la pregunta: "¿Tío Javier, me puedo quedar en tu casa?". Esa idea la tuve en mi mente desde que supe que él venía al mundo. Desde entonces me emocionaba.
En reuniones con amigos, he hablado de llevar a los hijos de mis hermanos y amigos de campamento. Y a pesar de que he llevado a muchos niños de campamento, ninguno de ellos era tan cercano a mi y de ninguno me sentiría tan responsable. El caso es que a la pregunta de Hugo siguió una molestia. Ese día era 24 de diciembre y necesitábamos, cada quién, arreglar la vida post navideña. La negociación entre Hugo padre y Hugo hijo terminó en que el niño se iría conmigo en el auto de regreso y en Tequila, se cambiaría al auto de sus papás. Así fue. Después, cuando el tío Javier tuviera tiempo, él iría de visita.
Como no hay plazo que no se cumpla, fui por Hugo el miércoles. Estaba en su casa recién bañado y arreglamos su mochila.
-¿Llevas todo? -pregunté.
-¿Sí?
-¿Calzones?
-Listo.
-¿Pantalones?
-Listo.
-¿Cepillo y pasta de dientes?
-...Voy por ellos. -Corrió al baño con su mamá y regresó con pasta y cepillo del hombre araña, los metió a su mochila y se sentó en el sillón- Listos.
Poco después nos vinimos a Tequila. Después de una hora de camino, entramos a la avenida principal y su primera impresión fue que no parecía pueblo porque no había calles empedradas.
Después de descubrir que tenía algo de tos (no me avisaron sus papás), y de dormir hasta las 9:00 de la mañana porque una noche antes nos desvelamos con palomitas, refresco de manzana y la peli de Supercan, estaba listo para subir al Volcán de Tequila.
Un día antes preparé la salida para que fueran niños de su edad, hijos de Noé, Alicia y Rosi. Subimos hasta las antenas, vimos la Tetilla, y contemplamos el paisaje del otro lado de la motaña, desde donde se ve Etzatlán, Magdalena, San Juanito Escobedo y San Marcos. Impresionante.
Hugo se divirtió con los niños, sobre todo con Memo. Y hasta se llevó a casa una herida de juegos (un palazo que le dio Jesús por mero accidente). Bajé cansado, jugamos a las burbujas en la plaza, le di de comer, vimos tele, nos quedamos dormidos y llegó mi hermano.
Fui algo así como papá soltero por un día, y la verdad, comencé a extrañar eso desde que se fue Hugo. Creo que soy buen tío. Él dice que quiere regresar, yo también quiero que eso suceda. También espero que Grettel esté un poco mayor para invitarla igual.

* En la foto: De izquierda a derecha están Memo, Hugo, Valeria, Jesús y atrás Coco, desde lo alto del Volcán. Abajo, varios pueblitos.

3 comentarios:

Ingrid Valencia dijo...

Ya se me antojó

Anónimo dijo...

Gracias hrmano por la experiencia, no te creas...que se vaya tan lejos ...solo (bueno, en el buen sentido del comentario)fue una experiencia extraña, lo que me hace valorar más aún el ser papá y el ser hijo, agradecer a mis padres por permitirnos tantas y tantas,cuantas y tantas veces dejarlos con la soledad de solución inmediata y rtener la confianza de que a pesar de estar lejos y haciendo sabraDis qué...se está bien.
Analizando la situación fue su primera salida real, pues aqui lo dejábamos con su abuelita (que también es madre) y estábamos a 15 mins de distancia por cualquier ofrecimineto, ahora se fua a mas de 50 más la subida y bajada
Agradezco tu paciencia y entusiasmo, tu tiempo y cariño...en cuanto se anime de vuelta...te lo mando
HHRC

Anónimo dijo...

Hola. Sabes? todavía tengo una super carta hermosa que me escribiste hace poco mas de cuatro años, cuando estaba embarazada por primera vez y que me hace llorar solo el recordarla.
Ahí te describias muy contento por tu primer sobrino, y desde entonces te he considerado como un verdadero tío para mis hijos.
El campamento es algo que espero, sera una gran experiencia y aunque todavía hay algunos muy peques, crecen muy rápido, así que siguete preparando para ese gran día.
Sí, yo tambien creo que eres muy buen tío.
Maty.