Subo al auto, pongo un disco de los Xochimilcas, sonrío, en
un alto cierro los ojos, aspiro el aire, todo el que puede caber en mis
pulmones y lo voy soltando poco a poco. Voy rumbo a la escuela. No terminé la
tarea con la que me evalúan el primer parcial. Sonrío de nuevo mientras escucho
los acordes de una trompeta. No pasa nada. Hay cosas más importantes. Continúo
mi camino luego de la luz verde y pienso en mi mamá, en que está bien, en que
un linfoma no le hizo el daño que supondríamos, en que adoro verla, en mis
hermanos, en lo que amo a mis sobrinos, en la gente que me quiere y que amo, en
tantas cosas buenas. Hay fila. Hoy decidí salir temprano de casa. Al fin
terminé el trabajo que tenía atrasado. ¡Qué paz! Suena mi claxon y una señora
se acerca corriendo hacia mí. Le compro una tira de paletas de cajeta, para mis
compañeros, para que no se estresen por la entrega de mañana. Me gusta ir a la
escuela. Disfruto el mucho o poco reto que me representa estar ahí: desde lo
intelectual hasta lo económico y la nueva administración de mi tiempo. Es sólo
una tarea. La haré. La haré bien. Un poco tarde, pero no pasa nada. Mientras, disfruto
el camino, sonrío, me río con mi música. Siempre hay algo más importante: vivir
esta vida.
lunes, junio 25, 2012
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1 comentario:
Gracias por la paleta...
Por tu tiempo...
Por invadirme de la paz y energía que tenías ese día...
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